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¿Quién sostiene la Vida?

Por: Innan Urueta
Imagen-de-truthseeker08 (Pixabay)

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Hoy los cuidados son el centro de nuestra vida… ¡ayer también lo eran!

Hoy las profesiones más importantes son las sanitarias y las de cuidado a las personas dependientes y a las más desfavorecidas… ¡ayer también lo eran!

Pero al contrario de lo que pasa con la medicina, nuestras profesiones de cuidado no gozan de prestigio social. Quienes nos dedicamos al cuidado de personas mayores, somos mujeres y muchas, inmigradas. Quienes prestamos servicio al interior de los domicilios lo hacemos sin contrato, sin derecho al descanso, ni a la formación… ¡hacemos malabarismos para sostener la vida!

La vida en las residencias y en muchos domicilios se sostiene a través de un sistema que precariza los derechos de las mujeres, pero que también, ejerce un modelo de atención “maligna” hacia las personas dependientes. Poca cosa hemos hecho para acabar con el modelo asilar que impera en nuestro entorno y que se mueve más, por intereses económicos, de control social y apartheid hacia la demencia y la discapacidad; que por la búsqueda del bienestar de las personas mayores y sus familias.

Hoy nos horroriza la falta de una estrategia pública y del material elemental para las residencias y para las personas más vulnerables como las personas en situación de calle. Sin embargo ésta, es una historia que lleva muchos años y que desvela el poco valor que damos a los colectivos que ya “no producen” que ya no “consumen”, al mismo tiempo muestra el poco valor social que otorgamos a sectores estratégicos para la reproducción y el cuidado de la vida.

Las condiciones laborales y salariales de quienes nos dedicamos al cuidado son las peores del mercado. No se reconoce que cuidar es una tarea compleja, que las mujeres no lo llevamos en el ADN y que los seres humanos somos únicos y complejos… que no somos un algoritmo y por ello, los cuidados han de ser artesanales.

Cuando el virus se disipe, esperamos que la fragilidad que hoy percibimos se traduzca en reconocimiento hacia las personas mayores, hacia los más vulnerables y hacia quienes sostienen la vida entre sus manos día a día. Hacia la urgencia de generar redes que nos ayuden a sostenernos juntos en la vida…en la vejez, en la locura, la discapacidad, la demencia, la pobreza…

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